sábado, 5 de diciembre de 2009

¿Y el cacerolazo?


¿Alguien se enteró de lo que sucedió éste último lunes 23? ¿No?
Es una lástima, tal vez un reducido grupo de gente haya hecho el minuto de silencio y cantado el Himno Nacional…además…cantar el Himno no nos identifica con ningún partido político simplemente con nuestra querida patria.
Faltaban cinco minutos para las nueve, me apuré (supongo como muchos otros), busqué una cacerola pero recordé que la consigna era sólo un minuto de silencio por las víctimas fallecidas en hechos violentos y cantar el Himno, mandé mails, salí a la calle, para ver si me encontraba con algún amigo, algún vecino, pero me sentí ridícula y decepcionada, no había nadie, así violín en bolsa me metí en casa.
Sentí enorme tristeza, y un tremendo pesimismo al llegar a la conclusión que los argentinos tal vez, sólo tal vez, tenemos lo que nos merecemos, pero también es injusto no se puede generalizar, no todos son indiferentes, algunos aún tienen sueños en realidad más que eso, quimeras…
Recuerdo el 2001, había un bochinche tremendo, y no era para menos, los ahorros de muchísima gente que había laburado toda una vida quedaron dentro de unos edificios enormes llamados Bancos, no era un ficción de Bradbury, mucha gente enfermó por esto y los que ya lo estaban terminaron falleciendo porque no podían retirar el dinero para hacerse un tratamiento. ¿Será que para algunos mortales la billetera vale más que la vida? Es ridículo, si careces de vida la biyuya te la tenés que meter donde no te da el sol y no precisamente debajo de los sobacos.
Algunos juzgan y tildan a otros de individualistas, es curiosa la hipocresía, la mayoría de las veces los que salen a reclamar son los juzgados y los que juzgan son los que no asoman sus narices, los señalados son los que dicen no al “statu quo”. Tal vez crean que un hecho de violencia no les puede llegar, si supieran ¡cuántos pensaban lo mismo! Es un tema tabú, ahora le dicen sensación de inseguridad, los que saben han creado un nuevo concepto que no entiendo, otros que se está en contra del gobierno, ¿será así? Estoy un poco confundida, de lo que si estoy segura que jamás desde que era chiquita (y tengo algunos años) ví a un rabino y a un cura juntos reclamando por lo mismo, no todo es malo, en algo hemos avanzado. Es curioso pero al final voy a creer que deberíamos ser violentos, cortar calles con palos y la cara tapada (practica que detesto tanto como la violencia) para que nos den bolilla, hacer lo que mis firmes convicciones indican que no debo, pero bueno serán las nuevas reglas de juego o no tan nuevas. Algunos hacen críticas furiosas a aquellos que por determinadas convicciones y hartos de algunas situaciones no ejercen más su derecho a votar, muchos de ellos son los mismos que ayer no se vieron por ningún lado, pero eso si, tienen derecho a quejarse porque meten el votito en la ranurita de la urna, es probable que ser ciudadano sea eso pero también muchísimas cosas más, compadecerse, respetar, ser solidario con el que sufre, aprender a reclamar paciente pero firmemente. Hay una maestra, de las de antes, y algunas de ahora también, que no hacía paros y muchas veces viajaba horas y pisaba el barro para ir a enseñar, a pesar de estar jubilada sigue teniendo quimeras y tipo directora de escuela habrá agarrado del cogote a más de uno en su barrio (en el buen sentido) y tuvo el enorme respeto de explicarles que se involucraran e hicieran un minuto de silencio y cantaran el Himno por tantos chicos asesinados, ¿porqué? Simplemente porque lleva en el alma su vocación y está perfectamente convencida, que lo único que nos puede salvar a los argentinos de tanta inseguridad y pobreza, es educar, porque hay una generación de jóvenes que está asesinando a otra, jóvenes que pareciera que están en distintos bandos, pero son chicos que necesitan aprender no sólo matemáticas y lengua, sino valores, respetar y ser respetados, ser incluidos, no excluidos, por eso le digo ¡Gracias Srta. Luz! ¡Usted sí que es una mamá del corazón!
Graciela Pera
Noviembre 2009

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