Te invito que nos transportemos al 9 de noviembre de 1989, recordemos juntos que en ésa fecha se derribó un triste muro de 45 km. Que dividió la ciudad de Berlín en dos. El muro tenía 115 km., en su totalidad que separaban,
en el Este, la República Democrática Alemana, en el Oeste la República Federal Alemana. Fue el símbolo más conocido de la guerra fría. Siempre con la excusa valedera o no de mantener apartado al comunismo, ¿sería ésa la verdadera causa? ¡Cuántas atrocidades se han cometido en nombre del apartheid comunista!
Miserias humanas de guerras y genocidios, al derrumbarse el muro murieron 270 personas, los hombres convencidos acreedores de amos del mundo cuando lo construyeron sumieron a Alemania del Este en un profundo atraso con respecto a la del Oeste, aún hoy están pagando las consecuencias, y no sólo económicas.
Familias enteras tuvieron que separarse de sus más caros afectos. El Presidente Kennedy fue ferviente opositor a dicha construcción, sin embargo llamativamente o no, su país cuenta con el triste muro entre ellos y el hermano país mexicano, haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
Quedan muchos muros aún que se interponen con la convivencia de los seres humanos pero con la connivencia de los mismos.
El muro entre Palestina y Jerusalén, (a raíz del último festejo alemán por la caída de su muro con Oktoberfest incluído), Palestina reclama también su festejo, cosa que por el momento es impensable, el pueblo Judío también es un pueblo sufrido.
Podemos nombrar otros, tal vez no tan históricos o conocidos, pero muros al fin, como los que rodean los Countries, las Villas Miserias o el que un intendente del Norte del Conurbano pretendió construir para que su partido no se infecte de miseria.
Sería el muro del apartheid de los indeseables, de la pobreza, la exclusión en vez de la inclusión. El Muro de Berlín es uno de los más famosos quizás, pero no el único, ¡que va!
Deberíamos reflexionar, qué nos pasa, porque nos es tan difícil la convivencia, vivir con…con ése otro ser hecho a nuestra imagen y semejanza.
Graciela Pera
Noviembre 2009
en el Este, la República Democrática Alemana, en el Oeste la República Federal Alemana. Fue el símbolo más conocido de la guerra fría. Siempre con la excusa valedera o no de mantener apartado al comunismo, ¿sería ésa la verdadera causa? ¡Cuántas atrocidades se han cometido en nombre del apartheid comunista!
Miserias humanas de guerras y genocidios, al derrumbarse el muro murieron 270 personas, los hombres convencidos acreedores de amos del mundo cuando lo construyeron sumieron a Alemania del Este en un profundo atraso con respecto a la del Oeste, aún hoy están pagando las consecuencias, y no sólo económicas.
Familias enteras tuvieron que separarse de sus más caros afectos. El Presidente Kennedy fue ferviente opositor a dicha construcción, sin embargo llamativamente o no, su país cuenta con el triste muro entre ellos y el hermano país mexicano, haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
Quedan muchos muros aún que se interponen con la convivencia de los seres humanos pero con la connivencia de los mismos.
El muro entre Palestina y Jerusalén, (a raíz del último festejo alemán por la caída de su muro con Oktoberfest incluído), Palestina reclama también su festejo, cosa que por el momento es impensable, el pueblo Judío también es un pueblo sufrido.
Podemos nombrar otros, tal vez no tan históricos o conocidos, pero muros al fin, como los que rodean los Countries, las Villas Miserias o el que un intendente del Norte del Conurbano pretendió construir para que su partido no se infecte de miseria.
Sería el muro del apartheid de los indeseables, de la pobreza, la exclusión en vez de la inclusión. El Muro de Berlín es uno de los más famosos quizás, pero no el único, ¡que va!
Deberíamos reflexionar, qué nos pasa, porque nos es tan difícil la convivencia, vivir con…con ése otro ser hecho a nuestra imagen y semejanza.
Graciela Pera
Noviembre 2009
1 comentario:
Excelente tu nota. Rara mezcla de síntesis y claridad intelectual.
Ricardo Barbieri
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