¿Qué estás murmurando?, me preguntó Verónica al verme mover los labios. Le repetí, madres mirando al sudeste, ¡ah! ya entiendo, respondió, querrás decir Hombre Mirando al Sudeste, la película de Subiela de 1986.
Sonreí, ella se enojó. ¡Bueno! Disculpame si te entendí mal, o si me equivoqué el año, tampoco es para tanto.
No es eso, no te enojes, estoy pensando que tal vez tengas razón que no sólo haya madres sino también padres mirando al sudeste…La verdad no entiendo lo que queres decir, a veces sos tan rara…, me respondió.
Me refiero a los chicos, los chicos de la guerra, de Malvinas, tan jovencitos…apenas unos adolescentes de dieciocho años defendiendo a la patria, muertos de hambre y de frío, sin armamento adecuado, ¿habrán sentido miedo? Los que quedaron y los que volvieron, nosotros como siempre, como en el mundial 78, en la luna de valencia.
En mi caso hacía tres días que había nacido Matías, imaginate más que en la luna estaba en la estratósfera, a veces los mortales tomamos conciencia mucho tiempo después.
Veintiocho años, demasiado tiempo mirando hacia el mismo lugar, algunos esperando tal vez alguna autorización de los colonialistas para poder visitar su tumba, debe ser duro, los que volvieron luchando para ser reconocidos como veteranos, que les den bolilla. ¿Habrá sido adrede que Galtieri los mandó a desembarcar en ésa fecha? Semana Santa…¿Quién es Galtieri? preguntó Verónica.
El borracho, ¿no te acordás? No, me respondió. El Presidente de facto el que vino después de Viola, antes que llegara la democracia con Alfonsín.
¿Era borracho? preguntó. Dicen que si, a esta altura prefiero creerlo, sólo un beodo puede hacer el desastre que hizo éste tipo, pero no, no tiene disculpas, decir que estaba borracho cuando tomó esa decisión sería para el un atenuante y no debe tenerlo, a ésta altura no sé si tiene importancia, no se puede volver atrás, además creo que se murió. ¿No te acordás de la frase que lamentablemente lo inmortalizó? ¿Cuál frase? Pero Verónica, vos no te acordás de nada…¡Y yo qué se!
Si quieren venir que vengan, estaba en el balcón de la Casa Rosada, ¡cómo les gusta ese balcón a todos! Es como ese tipo seductor que ejerce un poder especial. Y los ingleses vinieron…y nuestros hermanos chilenos permitieron que sobrevolaran su territorio, seguro no leyeron el Martín Fierro, no debemos ser rencorosos, además quién de nosotros los mortales puede tirar la primera piedra ¿no? ¿Qué decís? Si, cuando fue la Guerra contra Paraguay, nosotros tampoco nos comportamos como hermanos, ¿ya se había escrito el Martín Fierro? Igualmente los chicos de Malvinas no sabían nada de todo esto, eran sólo unos niños. Estoy segura que hay madres mirando al Sudeste.
Graciela Pera2/4/2010
Sonreí, ella se enojó. ¡Bueno! Disculpame si te entendí mal, o si me equivoqué el año, tampoco es para tanto.
No es eso, no te enojes, estoy pensando que tal vez tengas razón que no sólo haya madres sino también padres mirando al sudeste…La verdad no entiendo lo que queres decir, a veces sos tan rara…, me respondió.
Me refiero a los chicos, los chicos de la guerra, de Malvinas, tan jovencitos…apenas unos adolescentes de dieciocho años defendiendo a la patria, muertos de hambre y de frío, sin armamento adecuado, ¿habrán sentido miedo? Los que quedaron y los que volvieron, nosotros como siempre, como en el mundial 78, en la luna de valencia.
En mi caso hacía tres días que había nacido Matías, imaginate más que en la luna estaba en la estratósfera, a veces los mortales tomamos conciencia mucho tiempo después.
Veintiocho años, demasiado tiempo mirando hacia el mismo lugar, algunos esperando tal vez alguna autorización de los colonialistas para poder visitar su tumba, debe ser duro, los que volvieron luchando para ser reconocidos como veteranos, que les den bolilla. ¿Habrá sido adrede que Galtieri los mandó a desembarcar en ésa fecha? Semana Santa…¿Quién es Galtieri? preguntó Verónica.
El borracho, ¿no te acordás? No, me respondió. El Presidente de facto el que vino después de Viola, antes que llegara la democracia con Alfonsín.
¿Era borracho? preguntó. Dicen que si, a esta altura prefiero creerlo, sólo un beodo puede hacer el desastre que hizo éste tipo, pero no, no tiene disculpas, decir que estaba borracho cuando tomó esa decisión sería para el un atenuante y no debe tenerlo, a ésta altura no sé si tiene importancia, no se puede volver atrás, además creo que se murió. ¿No te acordás de la frase que lamentablemente lo inmortalizó? ¿Cuál frase? Pero Verónica, vos no te acordás de nada…¡Y yo qué se!
Si quieren venir que vengan, estaba en el balcón de la Casa Rosada, ¡cómo les gusta ese balcón a todos! Es como ese tipo seductor que ejerce un poder especial. Y los ingleses vinieron…y nuestros hermanos chilenos permitieron que sobrevolaran su territorio, seguro no leyeron el Martín Fierro, no debemos ser rencorosos, además quién de nosotros los mortales puede tirar la primera piedra ¿no? ¿Qué decís? Si, cuando fue la Guerra contra Paraguay, nosotros tampoco nos comportamos como hermanos, ¿ya se había escrito el Martín Fierro? Igualmente los chicos de Malvinas no sabían nada de todo esto, eran sólo unos niños. Estoy segura que hay madres mirando al Sudeste.
Graciela Pera2/4/2010
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