lunes, 20 de julio de 2009

¡Que lástima que no me avive a los cuarenta!




Hace diez años se hacían solo veinticinco operaciones diarias de LOLAS, hoy son mas de cien. En el Hospital Público me dijeron que tenían turno para el 2020, para esa época voy a tener 61 y ¿qué gracia tiene? Además, Newton no perdona, su ley de gravedad avanza implacable, día a día. Con los médicos particulares los turnos son también cada vez mas alejados, con este aluvión de turistas que las pagan una bagatela, 11.000 pesos contra los 18.000 que pagan en su país…
Pensé sacar un crédito y hacerlo en forma particular (para acelerar la cuestión) y tirarle unos pesitos extra al médico, así en su consultorio pasaba por alto a otras que están anotadas antes que yo. Otra posibilidad era disfrazarme de adolescente para presentarme en un concurso de esos que hacen las discotecas y ganar el sorteo de un buen par de lolas, pero desistí (creo que se van a dar cuenta). A ver, ¿Por qué yo no puedo cambiar mis lolas, si mi marido el año pasado cambió el auto? Lo cual es mucho más caro y se la pasa franeleándolo todo el tiempo, cuando tiene un poco de tierrita y a mi ni bolilla me da. No se si es mejor la calidad, que la cantidad o viceversa, pero soy triste testigo de cómo se le mueven los ojitos a mi marido (de reojo, sin mover la cabeza) cuando pasan dos lolas que parecen el Aconcagua.
Ayer hable con Rosa, mi amiga, ella no esta de acuerdo conmigo, dice que lo que vale es el interior de la persona, que son imaginaciones mías y que Roberto me ama. Vos Cristina, sos toda una intelectual, ¡has leído tantos libros!
Ya estoy cansada y quiero tirar la chancleta, además la intelectualidad fue descendiendo de mi cerebro hacia el tórax y fue empujando las lolas, casi hasta los tobillos… Rosita no entiende, es tan básica… dice que yo quiero operarme por Roberto no por mi, que eso no es ejercer la verdadera libertad de mujer, que no quiero complacerme a mi si no a el. Pero pensándolo bien, tal vez Rosita no sea tan básica y tenga razón, ayer estuve observando a mi marido mientras tomaba mate (no se si les dije que toma esta infusión todo el día), ¿saben lo que descubrí? Que esta gordo, pelado, deja los dientes postizos dentro de un vasito de agua en la mesita de luz y le salió un grano “bastante” desagradable al lado del ombligo, e igual lo amo. Así que voy a sacar el préstamo y me voy a hacer topless con Rosita a la Isla Margarita.

Graciela Pera

2 comentarios:

oscar dijo...

Hola!
¿para qué comenta uno,
si hay que censura?

oscar dijo...

Hola!
No y no!

Yo mandé un Comentario ayer.

¿Fue censurado?

¿No llegó?

Está bien que vivo en medio del barro y de las innundaciones.

¿será eso?

¿Por qué no habilitar el acceso y publicación "in-mediata"?

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